Seguridad en las canchas: Torchio y la Liga Casarense llegaron a un acuerdo y el próximo fin de semana habrá fútbol
Los clubes de fútbol siguen padeciendo las subas en los costos de los operativos de seguridad en los espectáculos deportivos de la Provincia. Ahora, tocó el turno en la Liga Casarense, que tras un conflicto que mantuvo paralizada su actividad, volverá a reanudarse el próximo fin de semana.
La noticia fue confirmada por la propia entidad deportiva,, que el sábado pasado informó que la situación se destrabó a partir de una reunión entre el intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, y el presidente de la Liga, Osmar Bagnolo. “Este viernes 29 de junio a las 14 horas el presidente de la Liga Casarense junto a los delegados de los clubes se reunió con el intendente Walter Torchio para poder resolver el tema de la policía”, expresaron desde la Liga, a través de un comunicado oficial hecho público en las redes y reproducido por Casares Hoy.
En el mismo escrito se dejó en claro que en la negociación se acordó que los partidos denominados “clásicos” -es decir, que obligan a un mayor despliegue de seguridad- se disputarán con ocho efectivos, de los cuales seis serán costeados por las instituciones y los dos restantes por el municipio. Por otra parte, la Liga también advirtió que tanto el jefe comunal como el comisario Rafael Aragonés supeditaron la continuidad del acuerdo a que no se produzcan disturbios durante los partidos, de lo contrario, por orden de las autoridades de seguridad se designarán doce efectivos a partir del momento en que se registren episodios violentos, lo que complicaría aún más la situación económica de las entidades.
“Los clubes nos plantearon que se les estaba volviendo muy cuesta arriba afrontar los costos de los partidos considerados de alto riesgo. Desde nuestro lado, tuvimos en consideración la situación actual que enfrentan las instituciones, que están apremiadas por las subas de las tarifas de los servicios básicos”, explicó el intendente Torchio, en comunicación con La Quarta.
“Si a esta altura del año se le sumaban nuevos costos, en este caso por seguridad, en una liga que es relativamente chica, entonces sólo quedaban dos posibilidades: o suspender el campeonato, cosa que no nos parecía prudente; o intentar ayudar desde el municipio. Y resolvimos inclinarnos por esta segunda opción, porque entendemos que el fútbol es una actividad social. Los clubes por su parte han asumido su compromiso para evitar disturbios”, insistió el mandatario justicialista. Y concluyó: “Hemos hecho un esfuerzo y llegado a un acuerdo entre el municipio, las autoridades policiales y las autoridades de la Liga y confiamos en que todo funcione bien”.