Orlando Costa: “El intendente Gatica debe reconocer que el radicalismo es su socio más importante en las próximas elecciones”
En una entrevista exclusiva con La Quarta, el ex intendente de Bragado, Orlando Costa, analizó la actualidad de la Unión Cívica Radical (UCR), tanto a nivel local como nacional. El presidente del Comité local del partido, que ocupó la jefatura comunal entre 1995 y 2007, recordó las últimas internas, celebradas en octubre pasado, en las cuales fue denunciado por presuntas irregularidades en su lista, proceso que aún continúa en el terreno judicial.
Además, el también ex senador bonaerense en el período 2009-2013 reconoció que existen diferencias dentro del gobierno de Cambiemos por el reclamo de mayor participación de los radicales en la toma de decisiones y dejó entrever que podría haber cortocircuitos entre las fuerzas que integran la alianza en el plano municipal por el reparto de lugares en las listas, de cara a las elecciones legislativas de este año.
-El año pasado, luego de vencer en la interna local y proclamarse presidente del Comité de la UCR en Bragado, declaró que regresaba a la actividad política en el plano comunal para realizar “una contribución a su partido”. ¿Qué es lo que observaba desde afuera que estaba ocurriendo con el radicalismo de su localidad?
-Más que el comité local, me interesa el radicalismo en general, por la cantidad de afiliados que tiene y por las expectativas que genera en los ciudadanos. Es decir, me moviliza la posibilidad de que el partido se reorganice, que se acerque más a la gente y que, sobre todo, reinicie un proceso necesario para la vida de las organizaciones políticas: la formación de ciudadanos para que en el futuro estén preparados para ejercer el gobierno.
Hoy me veo más en este rol de aportar a la reconstrucción del partido, al reencuentro con la ciudadanía y a la formación de dirigentes para que el día de mañana el radicalismo vuelva a tener las perspectivas de ejercicio del poder que tuvo a través de la historia.
-¿El déficit de representatividad que observa en la Unión Cívica Radical (UCR) ocurre sólo a nivel local o es un fenómeno que sufre el partido a nivel nacional?
-Es un problema de la política en general, que se profundizó desde la crisis de 2001. A partir de entonces, comienza un proceso de desideologización, de despolitización de la sociedad y de fragmentación de los partidos.
El radicalismo fue el que más sufrió la fuga de dirigentes, porque surgieron a partir de allí muchos pequeños partidos, cuyos destinos dependen pura y exclusivamente de la suerte de sus dueños. Yo, personalmente, me inclino hacia la reconstrucción de partidos grandes, con organicidad y con debate interno.
Sin dudas, es una tarea más exigente, pero de esta forma los partidos tienen mayores posibilidades de supervivencia a través del tiempo. En el plano local, las peleas personales también llevaron a que el radicalismo se achicara hasta perder a casi todos sus representantes. Hoy nos quedan apenas dos concejales.
-En las últimas internas generales radicales, Bragado fue una de las pocas filiales de la región que tuvo que dirimir la conducción de su comité en internas. Muchas lograron acordar listas de unidad. ¿Cuál de las dos situaciones indica mayor madurez democrática?
-Creo que siempre que por interna entendamos discusión de propuestas que luego se traducen en la elección de candidatos, es sano. Cuando la interna se convierte en internismo, como sucede actualmente, y se emplean los peores métodos y aparecen las disputas absurdas, entonces ya no sirve.
La democracia es, ante todo, respetarnos los unos a los otros y en el radicalismo esto debe ser regla de oro. En mi caso particular, en casi todas las responsabilidades públicas que asumí tuve que pasar antes por internas. Siempre hubo competencia y fueron experiencias positivas.
En Bragado hay que destacar que históricamente el nivel de votantes radicales ha sido altísimo, en relación a otras ciudades. Es decir, cada vez que se convoca a los afiliados a participar, responden favorablemente. Y ello también se vio en la última interna, el año pasado.
-Sin embargo, hubo denuncias en contra de su lista por parte del entonces oficialismo por supuestas irregularidades en su confección. ¿Qué ocurrió exactamente?
-Tuvimos denuncias por firmas no auténticas a avales de nuestra lista, algo que ha ocurrido siempre en la historia de la política. El sistema funciona de a través de la distribución de planillas para firmar avales. El aval es, sencillamente, decir “reconozco a los integrantes de esta lista”. Es frecuente que aparezca firmas de las mismas personas en todas las listas que intervienen en la interna. Es perfectamente legal.
También hay casos en los que directamente se falsifican firmas y nosotros fuimos denunciados por eso. Hubo gente que firmó por otros afiliados y está muy mal, como lo hemos reconocido oportunamente. Ahora bien, ello de ninguna manera invalida que una lista se pueda presentar a una elección y se constituya como una alternativa de representación para sus votantes.
Repito: el hecho puntual que motivó los pedidos de impugnación estuvo muy mal, pero ello no deslegitima nuestro triunfo electoral.
-¿Cómo afectó aquel proceso al inicio de su gestión en el comité? ¿Se puede decir que desde el comienzo mismo ya arrastra algún grado de desgaste?
-A nosotros en particular no nos perjudica en absoluto. Quizás para quienes promovieron este tipo de maniobras, la última interna haya sido contraproducente.
Cabe aclarar que en ningún momento reclamamos a la lista oficialista en ese entonces que nos mostraran sus propios avales. Hay irregularidades que son propias de un sistema muy anacrónico para la época en la que vivimos. Lo que quiero decir es que como está la política hoy en día es muy difícil conformar una lista, conseguir todos los avales y las firmas que se exigen.
Por eso mismo, todas estas discusiones son menores. Lo realmente importante es ofrecerse para que la gente pueda votar, que es lo que en definitiva se hizo. Las denuncias están siendo investigadas en la Justicia, están citando a testigos a declarar, pero nosotros nos concentramos en cumplir con nuestra palabra empeñada durante la campaña.
-¿Cómo es la rutina del presidente del comité radical de Bragado?
-El radicalismo bragadense está con mucha actividad actualmente. Estamos reconstruyendo los lazos con nuestros vecinos, reparando muchos de los errores que se cometieron en el pasado, entre ellos el hecho de que muchos ciudadanos que estuvieron durante muchos años afiliados no pudieron votar en la última interna.
Vamos a revisar caso por caso, a convocar a todos, uno por uno, para resolver el problema. Es una tarea ardua, que requiere de enorme paciencia. Es un momento para apostar a una fuerte capacitación y realizar algunas actividades desde la política con proyección comunitaria.
-No es ningún secreto que sectores de la UCR a nivel nacional están disconformes porque desean mayor protagonismo dentro del gobierno de Cambiemos. ¿Cuál es su posición al respecto?
-Estamos en una etapa difícil para el país, mucho más compleja de lo que se creía. La política económica del gobierno viene teniendo dificultades para dar respuestas inmediatas a las demandas de la población.
En este contexto, y yo soy muy crítico al respecto, la alianza Cambiemos no ha logrado todavía pasar de un mero frente electoral. Está por verse si puede consolidarse como una alianza de gobierno, aunque nuestra cultura política, en comparación con otros países de América Latina, demuestra que nos ha resultado muy cuesta arriba consolidar gobiernos de coalición capaces de sostenerse en el tiempo.
Estamos recién en el comienzo de este nuevo proceso. El mérito mayor de Cambiemos es habernos permitido derrotar al populismo. De ahora en más, establecer un gobierno de Cambiemos más homogéneo, con mayor grado de unidad entre las fuerzas que lo componen, va a demandar también muchísimo tiempo. En todo este proceso, es comprensible que haya sectores del radicalismo que con total legitimidad reclamen mayor participación.
-Usted fue intendente de Bragado durante tres períodos y luego senador provincial. ¿Aspira a volver a ocupar un cargo importante, ya sea a nivel local o bonaerense, nuevamente en el futuro?
-La lucha por el poder es una parte fundamental de la política y estuve involucrado allí durante muchos años. La ciudadanía me premió en varias oportunidades con el deber de asumir responsabilidades públicas muy importantes en distintos niveles, ya sea local como provincial.
En esta etapa de mi vida me siento más orientado hacia la docencia y a transmitir mi experiencia a los más jóvenes. Días atrás, casualmente, iniciamos un ciclo de cursos a partir de un convenio entre la UCR y el Instituto Nacional de Capacitación Política (InCap).
Tenemos cerca de 100 inscriptos, provenientes de distintas pertenencias partidarias, todos ciudadanos independientes interesados en la política, con ganas de empezar a aprender. Estoy lejos hoy de la lucha por el poder, aunque sé que despierto expectativas en algunos sectores de la población, porque así me lo hacen saber en la calle.
-¿Si se lo pidiera su partido tampoco aceptaría?
-No, para nada. Como dije antes, estuve durante muchos años compitiendo electoralmente para ocupar cargos públicos y estoy convencido de que es tiempo de que lleguen nuevos dirigentes. Aclaro que tengo muy buena relación con la administración actual de Vicente Gatica, pero no participo en el proceso de toma de decisiones de gobierno.
Sí trato de aportar mi conocimiento en los temas que me interesan particularmente. Por ejemplo, estuvimos viajando la última semana con funcionarios del gobierno actual de Bragado para acordar la puesta en marcha de cursos de programación informática, un sector que todos los años genera entre 4000 y 5000 puestos laborales, que no siempre se pueden cubrir.
-En Bragado son muchas las fuerzas que integran Cambiemos y todas pretenderán salir favorecidas en el reparto de lugares para las listas electorales. ¿Cómo vislumbra que será el proceso de negociación con el gobierno municipal?
-El problema es que quienes antes estábamos juntos, ahora estamos separados. Son muchos partidos para pocos lugares en la lista. De todos modos, creo que Cambiemos va a ganar.
Quedó demostrado en las últimas elecciones que está empezando un cambio en la forma de gobierno que en Bragado va a ser muy valorado, sobre todo en lo que tiene que ver con la obra pública y desarrollo de infraestructura que resultará muy importante para la ciudad.
Pero es cierto que dentro del frente hay dos partidos locales -Unidos por Bragado (UpB) (del actual intendente, Vicente Gatica) y Acción para el Desarrollo (desprendimiento del radicalismo, liderado por el ex presidente del Comité, Marcelo Elías)- y luego estamos nosotros, el Pro, el partido Fe y la Coalición Cívica.
De todo ese conjunto saldrán los nombres para integrar la lista definitiva. Es evidente que todos tienen expectativas y es razonable. Le transmití al intendente que la principal responsabilidad es suya y que el electorado va a evaluar primordialmente su calidad de gobierno.
Pero, al mismo tiempo, Gatica tendrá que decidir quién es su socio mayoritario en la próxima elección y yo considero que es el radicalismo. Por antecedentes y lo que representa nuestro partido, aun con todo lo que sucedió en los últimos tiempos y mencionamos anteriormente, la UCR sigue siendo el socio principal y debería ser reconocido como tal al momento de conformar las listas para los comicios que se vienen.