Con fuertes cruces en el Concejo, se aprobó la Rendición de Cuentas 2018
El Concejo Deliberante de Carlos Casares aprobó esta noche la Rendición de Cuentas correspondientes al ejercicio 2018, en una sesión especial que sobresalió por los momentos de fuerte colisión discursiva entre los miembros de los diferentes bloques del recinto. Sin embargo,tras más de dos horas de debate, y con ayuda del voto positivo del edil del unibloque Sentido Común y Renovación, Emmanuel Gemelli, la bancada oficialista del PJ-FpV-UC consiguió la mayoría necesaria para dar el visto bueno a los números presentados por la gestión del intendente Walter Torchio.
Durante el primer tramo de la discusión, la bancada oficialista defendió la “fuerte inversión” del municipio en educación, particularmente en materia de becas estudiantiles y obras de infraestructura en las escuelas. Desde el bloque de Cambiemos, sin embargo, no tardaron en reprocharle que los avances fueron posibles gracias “al fuerte compromiso del gobierno provincial” de María Eugenia Vidal a través del Fondo Educativo, sobre el cual la oposición se atrevió incluso a señalar supuestas desprolijidades en su manejo.
“El dinero del Fondo Educativo es exclusivamente para educación, pero, lamentablemente, seguimos encontrando viejas prácticas políticas, como su utilización en cordón cuneta, mientras en las escuelas hay problemáticas más urgentes por resolver”, arremetió la edil Elisa Hernández. Desde el oficialismo, quien salió a responderle fue Leonardo García, y cuestionó la decisión de su adversaria de recurrir a “frases desafortunadas” para llevar adelante su argumentación. “La concejal Hernández usa frases desafortunadas, como lo de las viejas prácticas y la misma historia de siempre del cordón cuneta”, replicó, al mismo tiempo que defendió la importancia de las obras de accesibilidad a los establecimientos educativos.
“Nuestro intendente siempre dijo que la prioridad es que los chicos puedan llegar a la escuela. Si hablamos de cuadras de cordón cuneta, esta gestión lleva ya más de 220 cuadras en ocho años, contra las 20 o 30 de la gestión anterior (Andreoli y Foglia) en diez. Hay una diferencia”, resaltó.
Inmediatamente, desde el bloque de Cambiemos, Ramiro San Juan buscó relativizar la validez del dato comparativo aportado por García. “Si hablamos de comparar, la gestión anterior recibió el municipio -de manos del peronista Caprioli, en 1999- con cinco meses de sueldos adeudados y con proveedores que no cobraban hacía dos años. Y hoy tenemos en la administración actual a funcionarios de aquella época. Hace ocho años que están ustedes, basta del pasado”, exclamó.
Luego, llegó el momento de Gemelli, que a pesar de haberse separado del bloque oficialista en agosto pasado, por presuntas diferencias con la presidenta del cuerpo, Ana Laffont, se mostró “ciento por ciento de acuerdo” con los lineamientos de la gestión Torchio, a la hora de exponer su postura sobre la Rendición. “En todos estos años como concejal acompañé la Rendición de Cuentas y en esta ocasión no va a ser la excepción. A pesar de no estar en el mismo bloque, voy a apoyar, porque hay equilibrio en las cuentas y se logró el superávit. Y porque las prioridades de esta gestión son Educación, Salud y Obra Pública, con las que coincido ciento por ciento”, afirmó.
Hacia el epílogo de la sesión, la intervención más vehemente provino de la concejal de la oposición, María Lucas Ramudo, quien, como en los últimos años, hizo hincapié en presuntas irregularidades en la compra de insumos por parte de la comuna y subrayó que Torchio es “el primer intendente de la historia de Carlos Casares procesado judicialmente”, en alusión a la denominada causa GIRSU, que investiga a más de 90 jefes comunales del país por supuesta malversación de fondos afectados a políticas de tratamiento de residuos. “Vamos a seguir fomentando la transparencia en la Municipalidad, que esta gestión no pudo. Hay muchos casarenses que no confían en este gobierno. El primer intendente de Carlos Casares procesado es Walter Torchio y seguimos mirando para otro lado”, arremetió. La virulencia de sus palabras no alcanzaron, sin embargo, para torcer el destino de una votación que ya estaba escrito de antemano.