Para Lanik, lo “más sano” para el Concejo hubiera sido que Cambiemos tuviera la Presidencia
La discusión sobre desenlace de la sesión preparatoria del Concejo Deliberante de Pehuajó, en la que el oficialismo kirchnerista logró conservar la presidencia del cuerpo a pesar del triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas, continúa abierta y todavía parece haber largos metros de tela para cortar.
Tal como informó La Quarta, la polémica tuvo lugar el 7 de diciembre pasado, durante la designación de las autoridades del cuerpo deliberativo, en la que el intendente Pablo Zurro logró salirse con la suya y colocar a Diego Videla como la máxima autoridad, gracias al voto del edil del Frente Renovador, Walter Castiglia.
Ayer, el otro representante del massismo en el Concejo, Pablo Lanik -que respaldó a la edil de Cambiemos Juliana Sánz para presidir el Concejo-, volvió a hablar del tema en una entrevista con la emisora local Radio Mágica y reconoció que el hecho de que el zurrismo continúe timoneando el parlamento comunal convierte al mismo en una escribanía de Zurro.
“Nosotros habíamos anticipado por dónde iba a ir nuestra decisión. Tengo la certeza de que es un tema que la comunidad ya juzgó y somos sólo quienes estamos en la política los que seguimos dando vueltas sobre el tema”, comenzó Lanik.
“Se hizo algo muy complejo de un tema bastante simple. Teníamos dos opciones: o dábamos un cheque en blanco al oficialismo para que siga haciendo del Concejo una escribanía o hacíamos que el recinto empezara a funcionar. En nuestro caso, nunca fue opción la primera posibilidad”, explicó el edil massista.
“Ni nosotros votamos a Cambiemos, ni la abstención de Castiglia significó un cheque en blanco para el gobierno municipal. La cuestión es mucho más profunda que eso. Se trataba de definir si el Concejo comenzaba definitivamente a ejercitar un músculo que hace años está dormido, que es el del diálogo”, argumentó.
E insistió: “Si se votaba la segunda opción, no se hubiera dado un cheque blanco a nadie. Era poner al Concejo en una situación que yo considero ideal, que es la de que ninguna fuerza hubiese tenido la mayoría automática”.
“La prepotencia del número convierte al oficialismo en un árbitro que puede terminar el partido cuando quiera. La otra opción (dar la Presidencia del cuerpo a Cambiemos) nos obligaba a escucharnos, a buscar consensos, a negociar en el buen sentido de la palabra”, remató.