Britos volvió a ser el artífice de lo imposible
“Hay un comisario de Chivilcoy que volvió ahora, después de haber estado varios años en Mar del Plata y en el Conurbano. Creo que tiene intenciones de armar algo porque quiere ser intendente. Se llama Guillermo Britos”, contó al firmante un joven periodista chivilcoyano, allá por 2011. La frase sonaba entonces más que inverosímil, teniendo en cuenta que el peronismo, reflejado en las figuras de Florencio Randazzo, Ariel Franetovich y Aníbal Pittelli disfrutaba de sus horas de esplendor en la ciudad.
Pero dos años más tarde, cuando el nombre de Fabio Britos -hermano de Guillermo, hoy diputado provincial- apareció en el tope de la boleta local de la lista de Unidos por la Libertad y el Trabajo, que llevaba en el plano nacional a Francisco De Narváez como candidato a diputado, las primeras alarmas en el justicialismo comenzaron a sonar.
El britismo obtuvo entonces el segundo lugar con el 34,2% de los votos y logró ingresar tres concejales, mientras De Narváez se hundía en un lejano cuarto puesto, con menos de medio millón de votos en la Provincia, detrás de la revelación de aquellos comicios, Sergio Massa (Frente Renovador), Martín Insaurralde (Frente para la Victoria) y Margarita Stolbizer (Frente Progresista Cívico y Social).
Para 2015, ya integrado a las filas del massismo -en su alianza Unidos por una Nueva Alternativa (UNA)-, Guillermo Britos consiguió arrebatarle en un apretadísimo escrutinio la intendencia al peronista Darío Speranza, que se vio perjudicado por un electorado radical que vio en el britismo la única vía de escape, después de la magra cosecha de Cambiemos en las PASO de aquel año, y por un sector de votantes randazzistas que no le perdonaron a la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner el haberlos “privado” del “sueño del presidente chivilcoyano”.
Pero mientras Britos se convertía en intendente, su nuevo jefe político, Massa, quedaba afuera del ballotage presidencial que definirían Mauricio Macri y Daniel Scioli. Ayer, el actual oficialismo se enfrentó probablemente a su desafío electoral más difícil desde que decidió jugar en el municipio, allá por 2011: las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto dieron a 1País, que llevó como candidato a concejal a Alfredo De Lillo, un duro cachetazo, cuando los primeros conteos lo ubicaron en tercer lugar, detrás del Frente Justicialista Cumplir (randazzismo) y Cambiemos (representado en la comuna por José Ferro).
En la Provincia, por otro lado, se vislumbraba que Britos tendría que volver a remar contra la corriente en las generales, porque Massa, que había decidido competir en la categoría de senadores nacionales para medir fuerzas de cara a las presidenciales de 2019, se desinflaba, víctima de la polarización entre Cambiemos y Unidad Ciudadana (kirchnerismo).
Pero lejos de victimizarse por el desplome del ex jefe comunal de Tigre, asumió la responsabilidad por la derrota. “Cometimos errores graves en agosto que no volverán a cometerse en octubre. Trataremos de revertir el resultado en las generales y si ello no ocurriera, seguiremos por el buen camino hasta llegar a 2019, continuando con todas las obras”, declaró al día siguiente del escrutinio provisorio a los medios locales.
Decidió entonces dar un volantazo en la planificación de la campaña a nivel municipal. Una semana antes de las generales, se filtró un audio a la prensa en la que puso a sus funcionarios en la disyuntiva entre redoblar el compromiso o presentar la renuncia, luego del faltazo de la mayoría de su gabinete a la inauguración de una obra.
Anoche, ya con los números los recuento provisorio, el escenario es bien diferente: Cumplir quedó primero con el 29,28% (13.030 votos); el britismo -1País- aparece segundo con el 26,63% (11.850, en la PASO había obtenido 8527); Cambiemos en tercero con el 24,30% (10.815); y Unidad Ciudadana cuarto con el 15,84% (7.047).
La paridad entre las tres fuerzas principales adelanta que la disputa por el municipio será uno de los platos fuertes de la Cuarta Sección en las elecciones ejecutivas de 2019 y deja a un Britos fortalecido, cuando en la previa parecía que un inminente revés en las urnas iban a convertir a los últimos dos años de su gestión en una pesadilla interminable. “Sabíamos que Guillermo iba a revertir lo que fue la PASO. Es una máquina, un obsesivo. Un experto en navegar con el viento en contra”, confió a La Quarta una fuente cercana al jefe comunal.