Gatica y Barenghi: un saludo que no se pudo repetir
La esquina de Pellegrini y Suárez comienza a poblarse lentamente de militantes peronistas, que siguen, desde el local partidario del Frente de Todos, la transmisión radial por altoparlantes del “voto a voto” de las elecciones generales.
Pasadas las 20, Sergio Barenghi, candidato a intendente del espacio, llega hasta el lugar con los ojos vidriosos, decepcionado por no haber logrado recuperar la comuna para el justicialismo. A pocas cuadras de allí, en Rivadavia y Macaya, el intendente Vicente Gatica celebraba con un suspiro de alivio su reelección, en una contienda en las urnas que se definía por apenas un puñado de voluntades.
Son cada vez más los simpatizantes que llegan para contener al candidato derrotado, mientras la noche avanza sin prisa, ni pausa. El jefe comunal reelecto, mientras tanto, habla a los suyos: en su voz se deja descubrir una mezcla entre euforia y angustia, propia del desgaste de la campaña.
Los caballeros nunca se encontrarán y el simbólico saludo que no existió regalaría una excusa a los comentaristas, para dar rienda suelta al debate de los días posteriores.
El encuentro, sin embargo, ya se había producido… catorce años antes. En las elecciones legislativas del 23 de octubre de 2005, Orlando Costa transitaba su último período como intendente municipal. Su primer candidato a concejal era Vicente Gatica, quien una docena de años después ocuparía su lugar.
Barenghi llegaba a los comicios como primer candidato del Frente para la Victoria, pero el justicialismo no estaba unido: por otro carril corría la lista del Partido Justicialista (PJ), con Eduardo “Laly” Gatica y Hugo Lacanna como estandartes. El resultado -como el domingo pasado- favoreció al hoy jefe comunal, por un estrecho margen -igual que el fin de semana último- de 390 votos (7.642 a 7.252).
Barenghi irrumpió entonces, superadas las 22, hasta la sede del Comité de la Unión Cívica Radical (UCR) a reconocer el triunfo de Vicente Gatica. Allí lo esperaban el intendente Costa, el flamante ganador del comicio y el también concejal electo Federico González.
El dirigente justicialista llegó acompañado por Horacio Civello, también proclamado edil en aquel escrutinio. “El peronismo unificado de acá en adelante tiene grandes chances de ganar el municipio”, pronosticó entonces Barenghi y no se equivocó, porque apenas dos años después se produciría el triunfo de Aldo San Pedro.
Su compañero Civello fue todavía más tajante: “El proceso político de Costa está terminado”. Tampoco se equivocaría. El encuentro bien pudo haberse repetido, hace apenas algunos días, con una escenografía distinta, en la planta baja del Edificio Macaya en lugar de la sede radical. Por los caprichos del destino, no sucedió.
Versión original publicada hoy en el diario La Voz.