Vidal dilapidó la oportunidad histórica de derrotar a Zurro en Pehuajó
“Nos están matando, en Pehuajó también”. Palabras más, palabras menos, así reconocía en una conversación telefónica privada el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, una inesperada derrota frente a Cambiemos, en las elecciones legislativas de 2017.
El destinatario de aquel mensaje de resignación tenía una banca asegurada en el Senado provincial, independientemente del resultado del escrutinio, pero no viviría para ver cómo el escenario se invertiría en 180 grados exactos, tan sólo dos años después. Días más tarde, el jefe comunal admitiría en público que su distrito también había sido alcanzado por la “ola amarilla”.
La caída del “último bastión del kirchnerismo duro en el corredor de la Ruta Nacional N° 5”, la “Santa Cruz de la Cuarta Sección Electoral”, pareció desvelar durante mucho tiempo a los adversarios políticos directos del intendente de Pehuajó. Sin embargo, tras el triunfo de 2017, desde los despachos de La Plata comenzaron a enviar una señal tras otra en dirección diametralmente opuesta a las expectativas de los representantes en la comuna de la alianza entre el PRO y Unión Cívica Radical (UCR).
En primer término, fue el intento de cierre de la sede de la agencia ARBA ubicada en la localidad de Mones Cazón. Luego, el anuncio del traslado de la sede de la Jefatura Regional de Educación hacia la ciudad de 9 de Julio, como una suerte de escarmiento a la rebeldía de Zurro y un premio a la condescendencia del intendente Mariano Barroso, afín al Presidente Mauricio Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal, pero cuyo nombre fue olvidado por el mandatario pehuajense, durante una visita de campaña a su distrito, en la antesala de las PASO.
Y en mayo pasado, justo cuando los dirigentes de la oposición se predisponían a disfrutar de una breve primavera en su conflictiva relación con el intendente cristinista, irrumpió en el centro de la escena el polémico proyecto de Ley del diputado nacional PRO, Pablo Tonelli, para crear el Juzgado Federal de Primera Instancia N° 2 en Junín, “en reemplazo” del que tiene sede en la ciudad de Pehuajó.
Esta vez, los planes de la primera línea nacional y provincial de Cambiemos encontraron pocos motivos para ser respaldados por sus aliados en la comuna. El repudio llegó incluso desde la vicepresidencia del Colegio de Abogados de Trenque Lauquen -Departamento Judicial que abarca a Pehuajó-, ocupada por Daniel Torrallardona, convencional del radicalismo y defensor a ultranza de la coalición Cambiemos, pero que no demoró ni un minuto en calificar a la presentación de Tonelli como “un disparate propio un trasnochado”.
El malestar por la torpeza política del Tonelli se hizo más profundo desde el momento en que, según evaluaron los dirigentes locales de Cambiemos, se le sirvió “en bandeja” a Zurro el pretexto para acorralarlos y forzarlos a dar una “prueba de lealtad incondicional” a su comunidad.
El resultado del cóctel explosivo alcanzó su máxima expresión en el recuento de votos del domingo pasado: el precandidato a intendente radical, Pedro Goldenberg, vio con sus propios ojos cómo el sueño de llegar al Sillón de Trejo se desmoronaba a pedazos, mientras que el precandidato del PRO, Miguel Cumba -vencedor de la interna de Juntos por el Cambio- partirá con una clara desventaja en la elección general de octubre, que será irreversible más allá del peso que pueda tener su prestigio personal en la comunidad.
Así las cosas, el mapa político de Pehuajó tras las PASO del fin de semana último “volvió a la normalidad”, mientras que el “batacazo” de 2017, que permitió ilusionar a más de uno con el advenimiento del pos-zurrismo al distrito, quedará en la memoria colectiva apenas como un buen recuerdo para algunos y un “accidente de la Historia” para otros.